Con más de dos décadas de trayectoria, Candy Cox se ha consolidado como una de las DJs y productoras más influyentes del hardtechno internacional. Nacida en Curitiba (Brasil) y afincada en Barcelona desde hace más de una década, su carrera es un viaje marcado por la pasión, la entrega y la autenticidad. En esta entrevista repasamos sus inicios en la música electrónica, su visión sobre la evolución del género, el papel de la mujer en la escena, y nos adentramos en su faceta como productora y fundadora de Robota Records, un sello que refleja su compromiso con la libertad creativa y la energía del underground.
¡Hola Candy! Teníamos muchas ganas de esta entrevista. Para empezar, ¿podrías explicar, para quienes aún no han tenido la oportunidad de escucharte, cuál es tu propuesta musicalmente hablando?
¡Hola! Un placer enorme hablar con vosotros.
Como DJ, mi propuesta es sencilla: yo pincho música y vosotros bailáis.
Mi función es hacer que el público baile y disfrute. Para mí, la música es una forma de contar historias, de conectar y emocionar. Me encanta sorprender al público con cada selección de tracks que hago; intento desafiar sus oídos y crear momentos en los que puedan sentirse realmente presentes, conectados con algo sustancial que los inspire y emocione.
Creo en el poder transformador de la música, porque sé que puede tocar el alma, despertar emociones y dar sentido a nuestra existencia incluso en medio de la incertidumbre que vivimos. A mí la música me ha cambiado la vida desde muy temprana edad: me dio un propósito, dirección e identidad; me salvó en momentos difíciles o de dolor, y me da fuerza cuando la necesito. Si durante una sesión consigo que alguien en la pista sienta lo mismo —o al menos algo parecido—, entonces todo cobra sentido para mí.
No me gusta limitarme musicalmente. La música electrónica es muy rica en matices, y disfruto muchísimo explorándola desde todos sus ángulos. En cada sesión propongo un viaje por varios de mis estilos favoritos (siempre fuera del mainstream) y en sintonía con mi visión artística. Es un verdadero honor sentir la confianza del público en mi habilidad para seleccionar música, haceros bailar y poder compartir juntos esa experiencia y pasión que nos une.
¿Cómo nace tu relación con la música electrónica? ¿Pensabas al principio que tu carrera te llevaría hasta donde te ha llevado?
Tuve mi primer contacto con la música electrónica en la infancia. Afortunadamente, crecí en un entorno con mucha profundidad musical y variedad: mis padres tenían muy buen gusto y algo que solían escuchar a menudo y me marcó muchísimo fue Donna Summer y Giorgio Moroder. Además, tomaba clases de jazzy-ballet y la profesora usaba bandas sonoras increíbles, incluyendo clásicos del Acid House, Garage y también R&B.
En los 90, la dance music dominaba la escena que aún se estaba desarrollando en Brasil. Con el tiempo descubrí géneros como el House, Drum’n’Bass y Techno, y a partir de ahí no paré de explorar a fondo cada nuevo género que se me presentaba. Salía mucho con mi grupo de amigos a discotecas; en esa época mi padre me recogía en la puerta a las 3 o 4 de la mañana. Más adelante, cuando ya podía quedarme hasta más tarde, empecé a ir a raves que se organizaban en lugares secretos: la dirección llegaba solo unas horas antes de que empezara la fiesta (generalmente por email).
Eran noches emocionantes, con line-ups progresivos y muy variados: desde Ambient y Downtempo, House, Breakbeat, D’n’B, Techno, Acid Techno, Hardtechno y hasta Hardcore. Desde niña entendí que la música y yo estaríamos unidas para siempre. Nunca planeé hasta dónde me llevaría, pero siempre supe que ese era mi camino.
¿En qué momento decides que quieres aprender a pinchar? ¿Cómo fue el proceso desde que empezaste a aprender hasta que te subiste a tu primera cabina?
Cuanto más me adentraba en el mundo de la música electrónica, más sentía que había encontrado mi lugar. Era una comunidad donde bastaba con amar la música para formar parte, sin etiquetas ni juicios. Ese sentimiento de aceptación me marcó muchísimo y supe que ese era mi sitio.
Recuerdo perfectamente el día que vi pinchar a una mujer DJ por primera vez (Mara Bruiser). Fue un momento revelador e inspirador dentro de mí, tanto que esa misma noche le pedí a un amigo (DJ Bad, un gran amigo y talentoso DJ) que me enseñara la técnica básica del djing. Desde entonces no he parado. Me pasaba horas y horas, todos los días practicando, ahorrando cada céntimo para comprar vinilos, aunque era complicado conseguirlos en Brasil por las tasas e impuestos. A veces comprar un vinilo online me costaba como tres, pero aun así no me detenía.

En mis horas de práctica incluso se me olvidaba comer, y mi padre, que siempre me apoyó muchísimo, me traía la comida para que no se me pasara. En los foros de la escena local empecé a conectar con otras personas igual de apasionadas: organizábamos viajes, alquilábamos autobuses para ir a fiestas en otras ciudades, compartíamos música, estilos y experiencias. Cada DJ que veía pinchar en una fiesta era como una masterclass: aprendía muchísimo observando la técnica de mezcla y sintiendo su manera de expresarse.
Mi primer gig llegó en el aniversario de una radio de Curitiba, mi ciudad natal, en el club donde pasaba casi todos mis fines de semana: Stereo Pub. Recuerdo esa primera sesión como si fuera ayer: subí temblando a la cabina, muy nerviosa pero con muchas ganas. Aquella noche mezclé un poco de todo —Electro, Techno, Ghetto-tech, Jackin’— y lo cerré con Hardtechno clásico. Esa noche lo tuve claro: quería dedicarme a esto toda mi vida.
A partir de ahí todo fluyó naturalmente: más fechas, más ciudades, mi primera gira internacional por Sudamérica en 2006 y, poco después, la invitación a formar parte de una agencia europea que organizó mis primeras giras en Europa (2007/2008). Lo que empezó como una pasión se convirtió en mi camino. Aún hoy, cada sesión es mi manera de devolver al público todos esos sentimientos de sentido, emoción y pertenencia que la música me ha regalado.
¿Qué artistas o géneros escucha Candy Cox fuera del techno? ¿Tienen alguna función especial en tu proceso creativo o de inspiración?
¡Sí! Escucho artistas y estilos bastante variados. Me encanta escuchar a DJs auténticos e inspirarme con su originalidad. Escucho géneros muy distintos, incluso alejados de mi estilo. Me inspira profundamente ver cómo cada artista se expresa a través de sus transiciones y su selección musical.
Disfruto incluso de esos pequeños “errores” que a mí particularmente me parecen valiosos, porque revelan que allí hay un ser humano real buscando su manera de expresarse. Escuchar cómo un DJ resuelve un momento inesperado con creatividad me devuelve esa magia de la improvisación en directo. Para mí, ahí está la verdadera esencia de un artista: cuando mezcla desde el alma, sin pretensiones ni miedo a equivocarse.
Me flipa cuando un DJ de verdad cuenta una historia con su sesión y transmite lo que lleva dentro. Eso, para mí, es oro. Y siendo sincera, hoy en día cuesta encontrarlo, ya que muchos line-ups ya no se curan por el talento del artista, sino por sus números en redes sociales o acuerdos de negocio.
En mi opinión, las plataformas donde se suben sesiones grabadas son de enorme valor si uno quiere conocer el espíritu real de un DJ: eso se hace escuchando su música, no mirando cómo baila en la cabina, cómo se viste o qué desayunó esta mañana.
El arte del djing siempre me ha fascinado. Escucho muchos estilos: House, Electro, Ghetto-tech, Jackin’, Chicago House, Acid House, Drum’n’Bass, Breakbeat…
Mi artista favorito es David Bowie, seguido por Prince. Y fuera de la electrónica, mi programa de radio favorito es Saga, de Dave Clarke, donde descubre y selecciona minuciosamente artistas y grupos fuera del mainstream, de un talento increíble y muchas veces invisibilizados. Dave regala auténticas joyas de música alternativa. ¡Os lo recomiendo 100%!
Muchos de los grandes nombres clásicos del hardtechno (Malke, O.B.I., PETDuo, tú misma…) provenís de Brasil y habéis acabado afincados en Barcelona. ¿A qué crees que se debe este fenómeno?
Bueno, yo solo puedo hablar por mí.
PETDuo vive en Berlín y O.B.I. también reside en Alemania.
Hablando de mi experiencia: desde la primera vez que estuve en Barcelona me enamoré de la ciudad. Al principio pensaba mudarme a Ámsterdam, pero en 2012 finalmente decidí quedarme aquí. El verano —con tanto calor y humedad— no es mi época favorita, vengo del sur de Brasil, donde hace frío y llueve mucho; para mí, cuanto más frío, mejor. Durante el verano en BCN aprovecho para pasar más tiempo en el estudio y siempre me resulta muy productivo.
Barcelona tiene de todo un poco: cultura, ocio, opciones y, sobre todo, mucha gente increíble que hoy siento como mi familia. Ha sido muy especial construir mi vida aquí y formar parte de esta ciudad tan linda y vibrante.
Después de haber lanzado tracks en sellos de la talla de Hydraulix, Industrial Strength o Cause Records, en 2023 fundaste tu propio sello: Robota. ¿Qué puedes contarnos sobre él? ¿Es más ventajoso trabajar con un sello propio que publicar en sellos externos?
Robota Records nació de la necesidad de tener libertad creativa: poder lanzar mi música a mi propio ritmo, sin adaptarla a ningún sello, manteniendo mi autenticidad sonora y el control de mi obra. De momento edito solo mis producciones en Robota, a veces algunas colaboraciones; en el futuro tengo planes de abrir el sello e invitar a artistas que admiro y que conectan con mi visión musical.
Robota también se ha convertido en un espacio para eventos y showcases. Hasta ahora he organizado dos en Barcelona. El primero, con Rebekah como invitada headliner, acompañada de mis hermanos y superartistas Malke, Schädel y yo. El segundo fue sold out: una noche de Techno en estado puro, muy especial, celebrando mis 20 años de carrera, con mi invitado headliner —el barón del Techno— Dave Clarke, acompañado por Paula Cazenave (superartista y amiga muy querida), Lowsystem y yo misma en el line-up. Ambos showcases fueron en Garage Club y resultaron inolvidables.
La tercera edición llegará a finales de 2025 o, si no, a inicios de 2026; aún no lo tengo definido al 100%, pero seguro haré algo especial para el público barcelonés, que siempre me apoya con tanto cariño.
El pasado viernes 4 de julio se incluyó tu track “Keep On” en el VA Go Hard Or Go Hardcore Vol. II, en el sello de Rebekah. ¿Qué significó para ti participar en el recopilatorio y cómo encaja tu track en una visión artística tan intensa y comprometida con el hard techno?

Ha sido un honor producir este track para el sello de Rebekah. Lo hice con mucho cariño para este VA.
En “Keep On” quise reflejar la mutación sonora que vive el Hardtechno ahora mismo.
Lo que hoy se llama Hardtechno, en mi opinión, es más bien un nuevo estilo que fusiona sonidos extremos como Hardstyle, Hardcore, Gabber, EDM y otros elementos del mainstream. No estoy de acuerdo con llamar a este nuevo sonido “Hardtechno”, porque no encaja del todo con la esencia ni con los estándares originales del género que ya existía previamente.
El Hardtechno tiene su identidad desde hace décadas y, a partir de eso, sentí la necesidad de dar un nuevo nombre a esta nueva mutación, mucho más híbrida y explosiva: yo la llamo Ultratech (post-Hardtechno), porque viene después de lo que ya definimos como Hardtechno clásico.
¿Cómo fue colaborar con Rebekah en este lanzamiento y qué te motivó a presentar una propuesta tan personal y experimental como “Keep On”?
Este release fue algo muy especial para mí. Fue un placer enorme aceptar la invitación de Rebekah —somos amigas desde hace tiempo y la admiro profundamente—, así que formar parte de su sello es un capítulo precioso en mi viaje como productora.
“Keep On” nació del deseo de dar forma a esos cambios y mutaciones que, para mí, están transformando lo que conocíamos como Hardtechno en un nuevo estilo. A esta nueva era me gusta llamarla post-Hardtechno. La música está para transformarse, a la vez que nos transforma. Sentí la necesidad de expresar y experimentar con esta etapa de transición y fue una experiencia enriquecedora, de gran aprendizaje: mi manera de definir el Ultratech.
Teniendo en cuenta el concepto de Rebekah para este V/A —reflejar la evolución y la energía del hard techno actual—, ¿qué quisiste transmitir con “Keep On” y cómo representa tu visión del género en este momento de tu carrera?
Mi track “Keep On” canaliza el espíritu de la nueva generación: atrevido, enérgico y desafiante. Fusiona elementos de Hardstyle, Hardcore, Hardtechno, Drum & Bass, Trance y House en una forma híbrida que yo defino como Ultratech o post-Hardtechno. Quise mostrar cómo lo vive la nueva generación, pero a través de mis oídos, mi visión y mi sensibilidad.
Es un track muy personal porque representa, a la vez, una conclusión y una reinvención en mi definición sonora. Publicarlo en GHOGH fue, sin duda, la declaración perfecta para este momento de mi carrera como productora.
Vamos con una pregunta clásica pero obligatoria a una artista con tanta trayectoria como tú: producción vs. pinchar. ¿Con cuál te quedas?
Son dos mundos muy distintos.
Pinchar es pura conexión en vivo con el público, con la música y conmigo misma asumiendo el rol de conductora. Todo sucede en el momento: la selección de tracks, las transiciones, la energía que se genera en la pista… Es un intercambio directo que me llena de euforia y me deja vibrando incluso después de cada sesión. En el stage mi objetivo es claro: haceros bailar y disfrutar en tiempo presente. Para que esa conexión sea posible, mi misión es transmitir en mi sesión todo lo que siento por la música, contar una historia y llevar a la gente a un estado de pleno disfrute, bailando y olvidando los problemas del día a día.

Producir, en cambio, es un proceso creativo más interno y abstracto. Es un diálogo conmigo misma: ¿qué quiero comunicar con este track? ¿Tiene un mensaje? ¿Expresa un sentimiento? ¿O simplemente quiero hacer bailar a quien lo escuche? ¿Estoy creando desde una necesidad de expresarme sin más? ¿Cuál es mi misión con este track?
Empiezo cada producción desde cero, sin templates: elijo cada sonido individualmente, construyo la estructura y defino la sonoridad desde la intuición y desde lo que quiero contar. Es un proceso más largo (al menos para mí; tardo mucho en finalizar un track) y muy detallado, pero mágico y personal: me permite dar forma a algo que aún no existe y convertir en concreto ideas que antes solo estaban en mi cabeza.
Es imposible elegir. Cada mundo me despierta sensaciones distintas, me enriquece y me transforma desde lugares diferentes; juntos definen y complementan mi identidad artística.
La creación de un track es un acto profundamente íntimo. La desvalorización de la música en el mundo actual me resulta dolorosa: es triste ver cómo, en lugar de reconocerse esa entrega, se trata con indiferencia y se convierte en mera mercancía. La cantidad de lanzamientos diarios es asombrosa y el consumo musical es rápido y superficial, priorizando la fábrica de hits temporales: un track es popular una semana y, pasado ese breve trending, ya se considera obsoleto.
Algunos críticos señalan que la nueva ola de hardtechno se acerca al espíritu del EDM… Tú que viviste la primera oleada, ¿cómo lo ves?
El Hardtechno es un estilo definido desde hace décadas. Ha atravesado ciclos de altos y bajos y, desde su creación, respiró en el underground. Es un género de nicho que, en sus inicios, compartía una pequeña comunidad de aficionados; surgió como respuesta alternativa a lo que se consumía en el mainstream, una forma de protesta contra lo preestablecido, ofreciendo una alternativa a quienes no se identificaban con lo masivo.
Tiene una base fundadora fuerte y rebelde, como el Techno mismo. El Hardtechno nació como una mutación del Techno a inicios de los 2000, aproximadamente. Artistas como Robert Natus, Sven Wittekind, Patrick Skoog, Glenn Wilson, Lars Klein y muchos otros empezaron a lanzar tracks que sonaban a Techno pero con cambios: BPM más acelerado, elementos más distorsionados, duros, crudos y ásperos. Así se definió el Hardtechno clásico y original: una mutación del Techno que ya no podía denominarse simplemente Techno por sus rasgos distintivos.
Años más tarde llegó otra mutación, con BPM aún más alto, presencia del rolling bass —muy característico, como una “cabalgada”—, más distorsión, más contundencia y muchos vocals y melodías: fue la primera gran mutación del Hardtechno, conocida como Schranz.
El término se asentó tras una entrevista a Chris Liebing (alrededor de 2000–2005), en la que se refería a ese sonido agresivo/saturado (overdriven) que salía de los monitores. También lo vinculaba a la idea de que cada nueva generación intenta “superar” a la anterior, casi como un movimiento punk: rebeldía que dio espacio a esta mutación llamada Schranz.
Con el sonido que hoy es tendencia —que muchos llaman Hardtechno, en mi opinión erróneamente— sucede algo parecido. Apropiarse del término Hardtechno para describir esta nueva fusión no respeta su historia ni su esencia. El HT ya existe por sí solo desde hace décadas; este nuevo sonido necesita un nombre propio porque, aunque se inspira en él y se fusiona con otros estilos extremos, no es Hardtechno clásico ni original. Por eso lo defino como Ultratech: así se respeta la identidad de cada estilo y sus mutaciones inevitables.
¿Crees que hay espacio para propuestas underground en el panorama actual del hardtechno?
La cultura underground nunca ha tenido su espacio “concedido”; siempre se lo ha hecho ella misma. Hoy, además, el término está secuestrado por el mainstream y su significado se ha desvirtuado.
La contracultura, por definición, se opone a lo masificado y propone una alternativa más auténtica a lo comercial. Ahora que muchas escenas han sido “tomadas” por las masas, el underground tendrá que volver a tomar su espacio por sí solo.
Aún hay gran parte del público que lo vivió y lo siente; muchos clubes y festivales pequeños e independientes siguen firmes en su propuesta y valores, y existen muchísimos artistas que vienen de ahí y mantienen ese espíritu. Mientras haya personas que entiendan lo que significa la cultura underground, seguirá presente —quizá en las sombras, de donde surgió—. La música electrónica underground es más que una tendencia: es un movimiento cultural, social y político con raíces profundas en la resistencia y la libertad de expresión. Se basa en la autenticidad, la comunidad, la rebeldía, la independencia y la inclusión.
Aunque hoy muchas escenas se han mezclado con lo comercial, el underground sigue vivo. Artistas old school —y también algunos de la nueva generación— lo sostienen, creando microescenas y protegiendo su esencia frente al ruido del mercado.
¿Cómo valoras la evolución del papel de la mujer en la música electrónica desde tus comienzos hasta hoy?
Hay que tener muy presente que muchas de las personas que han creado la música electrónica son mujeres. Es un hecho. Las pioneras son parte esencial de su origen. Que se las reconozca como tal ya es otro tema…
Desde mis inicios, productoras y artistas mujeres han sido grandes inspiraciones y referentes. Abrieron puertas para las que veníamos detrás; me dieron fuerzas para atreverme y lanzarme a por mi pasión y mis sueños. El papel de la mujer en la música electrónica es tan importante como el de cualquier persona que se haya atrevido a crearla, independientemente del género.
Aprovecho para mencionar algunas precursoras que me han inspirado y han sido fundamentales en mi camino: Mara Bruiser, Miss Djax, Rachel Rackitt, Daniela Haverbeck, Miss Kittin (Kittin), Seema, Linda Pearl, Ivee, Monika Kruse, Misstress Barbara, Ellen Allien, DJ Rap, MC Tali, Jeena G., Lady Machine (DJ Kammy), Paula Temple, Rebekah, Nastia… entre muchas otras (y muchas de las nuevas generaciones también). Para mí, estas son las verdaderas pioneras e inspiraciones. Si haces una búsqueda online quizá aparezca otra lista hecha por el business del marketing DJ que hay hoy en día. No os dejéis engañar 😉
En verano la programación de los clubs se relaja para dar paso a los grandes festivales. ¿Dónde prefieres actuar?
Prefiero actuar en clubs o, si no, en festivales pequeños, de los que se organizan con verdadera pasión. Los grandes festivales también me hacen feliz cuando están hechos con amor, pero los clubs me hacen sentir como en casa.
Mi background viene de clubs y raves pequeñas, y me encanta pinchar cerca del público: puedo ver sus expresiones, leer la pista y conectar de forma directa. Los festivales grandes tienen su propio encanto y, según el evento, también puedo lograr esa conexión tan especial, incluso a gran escala.
Soy muy fan del “menos es más”: no hace falta mucho show si hay un buen sound system, buena energía y ganas de bailar. Para mí, la música siempre es la protagonista.
Los AV shows y los sets híbridos son cada vez más frecuentes. ¿Te planteas incorporar estos formatos a tus directos?
Por ahora no tengo planes de incorporar AV shows ni sets híbridos.
Mi propuesta siempre ha sido más “A” que “V”. Me gusta centrarme por completo en la música. Si el club o festival prepara visuales potentes junto a un artista visual con un concepto interesante y un mensaje cool y positivo, genial: lo valoro como un plus. Pero no necesito que mi cara aparezca en pantallas gigantes. Mi trabajo es haceros bailar. Quizá suene old school para algunos, pero prefiero que la música siga siendo el centro de atención.
Largos vuelos, horarios intempestivos… ¿Cómo gestionas tu bienestar físico y mental durante las giras?
Intento compaginar todo de la mejor manera posible. Para mí, llevar un estilo de vida sano es muy importante. Durante la semana mantengo una rutina tranquila entre clases, muchas horas de estudio y cuidados físicos, mentales y personales. Hago yoga, pilates, voy al gimnasio con frecuencia y reservo tiempo para cuidar mi salud mental.
Leo mucho, me inspiro en el arte en todas sus formas y, si hay alguna expo interesante, me escapo a un museo o galería. Siempre que puedo, quedo con amigas y amigos: rodearse de personas que queremos y nos hacen sentir bien es clave.
Cuando estoy de gira, los fines de semana son estresantes y extenuantes: vuelos, trenes, hoteles… Llevo frutas y snacks sanos a mano y, si hay tiempo, hago algo de ejercicio; si no, descanso lo que puedo… aunque a veces me toque pinchar con cara de sueño. Pero ¿qué más se puede hacer cuando necesito tener toda mi energía en la cabina? Je, je.
Para concluir: ¿qué aconsejarías a quienes están dando sus primeros pasos en el mundo de la música electrónica?
Para el público. Soy defensora de la búsqueda musical orgánica. Cada persona tiene el derecho —y también la responsabilidad— de descubrir su propio gusto musical, basado en su criterio y sensibilidad. Elegir lo que escuchas es un ejercicio de libertad: decidir qué te emociona, qué te representa y por qué. Ese vínculo se construye con tiempo, curiosidad y dedicación.
Por eso, siempre animo a no seguir ciegamente las tendencias ni dejar que los algoritmos decidan por vosotros. Los algoritmos están diseñados para vender a los artistas que contratan servicios de marketing, no para conectar de verdad con el público. Las plataformas priorizan a menudo lo que se paga por visibilidad, no necesariamente lo que tiene valor artístico o emocional. Mi consejo para los apasionados de la música es: explora por tu cuenta, investiga, escucha con atención, filtra lo que no te dice nada y quédate con lo que te remueve por dentro. La música también es identidad, y descubrirla por ti mismo es un acto de libertad y de desarrollo personal. Decide tú mismo quiénes son tus artistas favoritos.
Para los DJs / artistas de la nueva generación. Pregúntate qué es lo que de verdad te motiva a buscar una carrera como DJ/productor. ¿La música te toca el alma? ¿Te da sentido y te transforma hasta el punto de necesitar expresarla? ¿O solo buscas la fama y el falso glamour que se muestra en redes sociales (que, la mayoría de las veces, es falso)?
Ten claro todo lo que implica dedicarte a la música: sacrificios, dedicación plena, conciencia de que a veces el entorno puede llevar a excesos. Para tener éxito, mantén el foco en lo que te mueve: el porqué y lo que quieres lograr. Sé que hoy la imagen del DJ se parece a la del “rockstar”, pero en mi opinión ser DJ no va de eso. Mi consejo es tener clara tu motivación, ser fiel a ti mismo y mantener tu autenticidad por encima de todo. No intentes sonar igual que alguien que ya existe: sé tú mismo. Y respeta la profesión, la ética entre colegas y, siempre, a la música.