El vinilo trasciende su función como simple soporte musical para convertirse en una experiencia sensorial que transforma la manera de escuchar y vivir la música. El digging —ese ritual sagrado para los coleccionistas— encuentra su templo en las tiendas especializadas, muchas de ellas gestionadas por apasionados curadores que se han erigido como pilares fundamentales de sus escenas locales.
En esta serie, exploramos el ecosistema de tiendas de vinilos con enfoque en música electrónica en Barcelona, poniendo el foco en esos guardianes de la cultura analógica cuya devoción sigue inspirando a nuevas generaciones.
Dj Bruce Lee: el coleccionista que se convirtió en ícono
Tabla de contenido
Anthony Manejas (Tony), comenzó su obsesión por los vinilos a mediados de los 90, inspirado por las sesiones de Sideral en el Nitsa, tratando de encontrar estos sonidos en las tiendas. Llegó a formar parte del Discos Paradiso Crew y a trabajar en Razzmatazz.

En 1998 nació su alter ego DJ Bruce Lee, hoy referencia indiscutible de la escena barcelonesa, y que lo ha llevado a pinchar en las salas más emblemáticas y junto a artistas legendarios. Además de publicar en el mítico Hardgroove Records de Ben Sims, gestiona sus sellos End of Dayz y Rhythm Control Barcelona.
El nacimiento de Rhythm Control
Empezó a coleccionar discos en el 97 y llegó a tener aproximadamente 3.500 discos, ocupando una habitación entera de su piso. En el 2016 coinciden el nacimiento de su hija y final de su etapa en Razzmatazz. Con el apoyo de su esposa, emprendió Rhythm Control, y gracias a su red de contactos y nombre en la escena se aceleró el despegue de la tienda. Le preguntamos por sus tesoros irrenunciables y son: su colección del sello Hardgroove y Killa Bite y sus discos de DJ Funk y Ghetto House.
El mercado del vinilo en Barcelona
El resurgimiento global del formato ha multiplicado las tiendas especializadas en la ciudad. Tony nos cuenta que, aunque comparte edificio (Galerías Olimpia) con Vinilarium, Crokan’s Mutant y Glove Records, lejos de competir, se complementan. «Cada tienda atrae a un público que descubre las demás», explica. Además menciona a las tiendas que atienden previa cita y usuarios de Discogs que trabajan desde sus pisos.
Al inicio de la invasión rusa en Ucrania se dispararon los precios de los discos entre un 30 a 35%, generando preocupación por el impacto que podría tener esto en las ventas, sin embargo las ventas siguieron incrementando.

El ADN de Rhythm Control
Al ser una tienda atendida por su dueño, está totalmente influenciada por sus gustos y criterios de selección musical y son un reflejo de su recorrido como artista y coleccionista. El fuerte de la tienda y por lo que muchos hemos llegado a conocerla es el Techno, además del House y el Electro, pero podemos llegar a encontrar muchos géneros/sub géneros de música electrónica y hasta joyas del Trip Hop y Jazz. Al preguntarle cuáles serían los sellos que escogería si solo pudiera vender cinco nos responde que serían Tresor, Key Vinyl, Clone, Groovin y Warp, basando su elección por la calidad, consistencia y diversidad.
La reputación de la tienda ha logrado atraer a personalidades como Dave Clarke, The Lady Machine, Marcellus Pittman, John Talabot, Danilo Plesslow, Hector Oaks, Stochje y Octo Octa, entre muchos otros. Nos cuenta entre risas que, aunque tiene una relación cercana con Ben Sims, hasta ahora no han logrado una visita a la tienda porque siempre que viene a Barcelona está con muy poco tiempo.
Los discos de segunda mano
Una de las actividades favoritas de los coleccionistas es buscar discos de segunda mano, y para ello se basan en un sistema de evaluación del estado de los discos para orientar a los posibles compradores y tasar el valor. Tony se encarga de hacer esto con cada uno de los discos que le llegan, manteniendo de esa forma su reputación como vendedor.
Antes de la masificación de Discogs era mucho más común conseguir joyas ocultas en las cubetas de discos en mercados de pulgas o ventas particulares. Tony en una ocasión consiguió discos valorados en 300 euros que compró por una fracción de ese precio, un hallazgo que hoy en día sería casi imposible.
El digging se ha visto afectado considerablemente por las redes. Tony se ve forzado a publicar en Instagram todos los discos que le van llegando a la tienda o terminan siendo ignorados por la mayoría de los clientes. Muchas veces solo piden que les guarden un disco determinado, van a la tienda, lo retiran y se marchan. Se está perdiendo la costumbre de revisar las cubetas, pasar tiempo en la tienda y pedir recomendaciones al dueño para descubrir artistas nuevos.
Una visita obligatoria
Ya sea por su amplia selección y calidad de sellos que vende o por las recomendaciones que puedes conseguir conversando con Tony, Rhythm Control es una visita que resultará gratificante para cualquier coleccionista.
Os dejamos el Instagram y el Discogs de la tienda y su dirección para que pasen a perderse un rato en una de las mejores colecciones de la ciudad.
